miércoles, 30 de marzo de 2011

GUATEMALA 1-1 BOLIVIA


Cuando juega la Selección nacional la historia siempre es la misma. En el previo, los aduladores y afines a la Federación hacen llenar a la gente de falsas expectativas, durante el partido poco es el tiempo para creer en el equipo y al final siempre es lo mismo: decepción. Así se resume el 1-1 de anoche del equipo azul y blanco.

Poco lo rescatable
La afición mazateca, como siempre lo hacen todos los guatemaltecos, acudió de nuevo al llamado y, cuando Carlos Ruiz anotó el gol del equipo nacional, se ilusionó, pero pocos minutos después volvió a la eterna realidad con el acostumbrado desfase futbolístico del combinado, que permitió el empate de los bolivianos conseguido por Ricardo Priedel en el segundo tiempo.

El equipo nacional lució bien en algunos pasajes del partido, o por lo menos hasta donde lo permitió Bolivia –que por cierto venía de perder contra Panamá, que le ganó casi caminando–, y eso se concretó con la anotación de El Pescado Ruiz.

Sin duda, Carlos, Marco Papa y Guillermo Ramírez son los únicos que se salvan en un equipo nacional cargado de lagunas futbolísticas y de jugadores capaces que puedan marcar la diferencia cuando los encuentros se complican.

Si estos tres elementos no aparecen, el resto tampoco y eso se concretó una vez más anoche, luego de que dichos jugadores se resintieron de un enorme esfuerzo físico, después de haber jugado el sábado anterior con sus respectivo equipos afuera de Guatemala, sin que nadie tomara la estafeta para sacar al equipo avante.

Mientras los tres mosqueteros chapines estuvieron físicamente bien, el equipo tuvo algunos buenos pasajes en el partido, pero luego desaparecieron, y con ello Bolivia, con lo mínimo, consiguió la igualdad.

Así se cerró un partido que dejó más de lo mismo para nuestro balompié. El acostumbrado marasmo futbolístico de nuestra selección, la acostumbrada ilusión apagada de la afición y, claro, algunos dirigentes contentos porque llevaron un partido del equipo nacional a la provincia.

Así de pobre y triste sigue siendo la realidad de este fútbol nacional que se encuentra en la calle de la amargura y con pocas posibilidades de salvarse…

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